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Felicitación del Colegio de Internacionalistas de Venezuela

 

Hoy 31 de enero, celebramos que hace 60 años un grupo de venezolanos visionarios, entre profesores y estudiantes de la Escuela de Estudios Internacionales crearon el Colegio de Internacionalistas de Venezuela con la pretensión que los profesionales estudiosos de las relaciones internacionales pudieran agremiarse y de esa forma ayudar a consolidar y destacar nuestra presencia en el escenario internacional cónsona con las perspectivas de desarrollo y modernidad, que se preveían para nuestro país, en el siglo XX.

 

El año 1958, comenzó con un país que estaba optimista y eufórico. El 23 de enero se había marchado quien creíamos sería el último dictador del país, Marcos Pérez Jiménez. Por esa razón todos los venezolanos estaban esperanzados por un futuro mejor, que llegó con la democracia civil (1958 – 1998).  En esa etapa, la prosperidad y las oportunidades con libertad, la convirtieron en la época de oro de la historia republicana.

 

Algunos historiadores señalan que Venezuela entró tarde al siglo XX, alegando que esto ocurrió después de la muerte de Juan Vicente Gómez, en 1936.  Lamentablemente, la historia se vuelve a repetir y ahora, en los comienzos del siglo XXI, nos encontramos en una situación mucho más compleja, ya que tenemos un gobierno desde finales del siglo pasado, que no solo nos ha impedido entrar en el nuevo siglo, sino que nos ha hecho retroceder a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El país está sumergido en una gran crisis humanitaria, económica, política, social y moral como nunca antes en su historia, por lo que requeriremos de ayuda internacional para superarla. 

 

Llegamos al siglo XXI con un gobierno que no entiende la complejidad de los actuales momentos. Su ceguera ideológica lo empuja hacia el pasado, utilizando el chantaje y el miedo, la demagogia y el populismo como mecanismos para mantenerse en el poder. Se ha empobrecido al país con una velocidad vertiginosa, igualando a todos los venezolanos hacia abajo. Además, se ha incentivado el odio y el resentimiento social, como política de Estado, lo cual se ha manifestado en el hecho que nos hemos convertido en el país más peligroso de la región y uno de los más peligrosos del mundo. Incluso, Caracas se señala en las estadísticas como la ciudad más violenta del orbe y varias de las principales ciudades venezolanas, aparecen en el “cuadro de honor” de las veinte urbes más peligrosas del mundo.

 

Desde el año 1999, tenemos un gobierno entrampado en el tema ideológico, que pretende controlar todos los poderes del Estado, sometiéndolos a una especie de gobierno de partido único, copiando esquemas fracasados de los regímenes comunistas del siglo XX, para lo cual viene utilizando un lenguaje obsoleto que emplea para justificar su gran fracaso; habla de imperios, cuando los mismos desaparecieron en los siglos XIX y XX. Habla de burguesía, cuando los burgos y sus habitantes ya no existen. Habla de soberanía, utilizando los criterios del siglo XIX. Pretende hablar a nombre del pueblo como si se tratara de una unidad monolítica.  Se descalifica utilizando adjetivos como derecha, fascista, vendepatria, entre otros calificativos, a cualquier persona o grupo que manifiesta una opinión contraria al gobierno. Además, utiliza el irresponsable artificio político de crear enemigos externos, con el objeto de unificar un apoyo interno.

 

Ante esta difícil coyuntura histórica, entendemos que es preciso agilizar el proceso de cambios que el país necesita. Venezuela es un país con una potencialidad enorme, poseemos los recursos naturales y humanos con los cuales podemos salir, en relativo poco tiempo, del precipicio político, económico y social en que el gobierno nos ha hundido. Sin embargo, se va a necesitar más tiempo para rescatar a los ciudadanos de la crisis de valores en que estamos sumergidos. Es en este punto donde todos debemos poner nuestro granito de arena. De esto sólo saldremos si predicamos con el ejemplo y entendemos que para que un país sea viable, debemos respetar las leyes y las normas de convivencia.

 

Nos preocupa el estado actual de nuestras relaciones con la comunidad internacional, la percepción que fuera de nuestras fronteras se ha creado de que somos un país de corruptos que disputa los últimos lugares en los índices de corrupción con países considerados como fallidos como Somalia y Haití. Pasamos de ser un país modelo de democracia a uno que no combate el delito, si no que lo incentiva, como en el caso del narcotráfico. Nos convertimos en un país que no respeta el Derecho Internacional y que vulnera los derechos humanos. Donde sus jóvenes (el futuro), se encuentran en una especie de éxodo buscando oportunidades afuera. Pasamos de ser un garante de la paz en la región, a convertirnos en un sitio en el que los actores irregulares de otros países caminan libremente por el territorio nacional.

 

Revertir esta situación no es posible sin que se produzcan cambios, en primer lugar, de gobierno y en nuestra área consideramos que el Servicio Exterior Venezolano debe estar en manos de los que se han formado para representar al Estado venezolano ante la comunidad internacional, con el objeto de defender sus intereses y no los de una ideología. Para que esto sea posible, es necesario además del cambio de actitud, generar una nueva Ley de Servicio Exterior que logre construir una Cancillería moderna y profesional, que pueda competir con las mejores del continente y del mundo, donde se respeten los méritos y se ascienda por la capacidad de cada quien y no por las influencias que pueda tener o por circunstancias políticas o ideológicas. Abogamos de igual manera por una Ley de Ejercicio Profesional del Internacionalista que circunscriba el ámbito de acción laboral a los egresados de las Licenciaturas en Estudios Internacionales o disciplinas afines.

 

A sesenta años de que en el salón de ensayos del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela los acordes de la libertad se unieron a los del gremialismo para constituir nuestro Colegio, levantamos las banderas que inspiraron a nuestros fundadores y nos ponemos a la orden para aportar en la necesaria reconstrucción de nuestro país en un escenario de libertad y democracia.


 

JUAN FRANCISCO CONTRERAS ARRIECHE               LUIS DANIEL ÁLVAREZ VANEGAS

                  Presidente                                                              Secretario General



 

ALIX ZAIDETH CHINCHILLA BETANCOURT

Secretaria de Relaciones

Institucionales

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